Ya sabías que tener un hijo cambiaría tu vida en muchos sentidos, pero nunca imaginaste que tu tiempo pasaría a ser casi exclusivamente de tu bebé. ¿Cómo adivinar que tantas cuestiones de tu vida cotidiana iban a modificarse?
Durante el embarazo y hasta que tu bebé nace, abunda la información de las sensaciones y situaciones que se enfrentan. Pero, hay muchas de estas que, no por ser menos importantes, pasan desapercibidas. Repasemos algunas, ya que seguramente te sentirás identificada con varias.
- Desde el inicio del embarazo y hasta finalizado el post parto, por efecto de las revolucionarias hormonas la mamá padece cierta polaridad emocional. Su sensibilidad está a flor de piel y puede pasar de la risa al llanto desconsolado en segundos, y sin razón alguna. No hay de qué preocuparse, ya que al poco tiempo, está normal como siempre. Aunque sea de momento…, porque la ambivalencia es una característica constante.
- En un pasado no tan lejano la mujer tenía tiempo para ella. En sus ratos ociosos podía relajarse frente al televisor o sentare a disfrutar un buen libro. Pero con el bebé, estos placeres pasan a ser una utopía. La mamá se convierte en un torbellino: baña al bebé, lo cambia, lo amamanta, probablemente lo vuelva a cambiar porque es común que defeque luego de haber sido alimentado. Finalmente se duerme y comienza el momento tan esperado. La mamá se dispone a relajarse con un buen baño. Pero, con el shampoo puesto, se oye un hilito de voz en el babycall que termina siendo un llanto desesperado para cuando sale de la ducha. Y, el ciclo empieza nuevamente…
- El “glamour”, al menos por un tiempo, deberá esperar. Con suerte una mamá podrá pintarse las uñas pero, es muy probable que se le corra el esmalte porque carece de tiempo para dejarlas secar.
- La embarazada crece y crece en ancho y tiene la esperanza que, nacido el bebé, su abdomen, si bien no vuelva a su normalidad de inmediato, pueda reducirse bastante. Pero esto no siempre es así… el cuerpo se toma largos meses para retornar a su forma original, si es que lo logra… Y, siempre hay alguna curiosa que pregunta… ¿para cuándo esperas?
- Hay tantos familiares, amigos y, algunos no tanto, que llaman para felicitar a la flamante mamá. El asunto es que todos tienen algo que opinar, aconsejar e indicar acerca de la forma en que se debe alimentar, dormir, e incluso educar al bebé. Tantos consejos “bien intencionado” abruman. La mamá está aturdida por la cantidad de puntos de vista que se tienen en lo que concierne al horario más apropiado para bañar al bebé, en si darle la teta o el biberón, en si hay que alzarlo o no cuando llora, etc., etc…. que probablemente quede totalmente confundida, y si es primeriza, el cuadro se agrava.
- Se ha visto en varias oportunidades que muchas mamás desarrollan un novedoso gusto por las manualidades. Es una faceta creativa que ni sabían que tenían. De pronto, tejen bufandas y escarpines. El entusiasmo es tal que se animan con batitas, sweaters y camperas…. Es tanta la ropa que confeccionan que al bebé no le alcanzan todos los días del año para estrenarla.
- El tema de las conversaciones tiene un vuelco de 360°. Ahora giran en torno a un solo tema: el bebé. Si sonrió por primera vez, si dice “ajo”, si gateó antes de lo esperado, hasta incluso que carrera va a estudiar…. ¿Te sientes identificada? Seguramente has probado entablar una conversación con otro tema… ¡pero la misma fracasó!
- Una mujer ignoraba el significado de “extremo agotamiento”. Ahora, es frecuente que se le cierren los ojos mientras amamanta. Pero con la misma facilidad que sucumbe en el sueño, ¡resurge como el ave Fénix, cuando su bebé la reclama!
Tomado de: http://www.disneybabble.com/co
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