Los mitos sobre el embarazo pueden variar de una generación a otra y de una región a otra. Los siguientes son algunos de los mitos más comunes sobre el embarazo:
Mito: Pararse de cabeza después de tener relaciones sexuales puede aumentar la probabilidad de quedar embarazada.
Realidad: Algunos expertos dicen que acostarse durante 20 ó 30 minutos después de tener relaciones sexuales puede aumentar la probabilidad de concebir porque de esta manera los espermatozoides se mantienen dentro de su cuerpo, pero no se ha demostrado que pararse de cabeza ayude a la concepción. (Además, ¡podría dañarse el cuello al intentarlo!)
Mito: La forma y altura del vientre pueden indicar el sexo de su bebé.
Realidad: La creencia popular que afirma que si el vientre de la futura mamá está bajo, es un niño, y si está alto, una niña, simplemente no es verdad. La forma y altura del vientre están determinadas por el tono muscular y uterino y por la posición del bebé. Por esto, es posible que alguien crea que su bebé es un varón al ver que usted tiene el vientre bajo, cuando en realidad el bebé simplemente ha descendido hacia la pelvis porque se acerca el día del parto. ¿Cuál es la forma más exacta de determinar el sexo de su bebé? Hable con su médico sobre la posibilidad de realizar una ecografía.
Mito: La frecuencia cardíaca fetal puede indicar el sexo de su bebé.
Realidad: La frecuencia cardíaca fetal normal varía entre 110 y 160 latidos por minuto (lpm), aunque hay quienes creen que si la frecuencia es más rápida (normalmente, superior a 140 lpm), el bebé será una niña y que si es más lenta, será un niño. Pero no ha habido estudios que demostraran de manera concluyente que la frecuencia cardíaca sea un indicador del sexo del bebé. De todas formas, la frecuencia cardíaca de su bebé probablemente variará de una visita prenatal a otra, en función de la edad del feto y su nivel de actividad en el momento de la visita.
Mito: La forma y lo regordete de la cara durante el embarazo pueden indicar el sexo de su bebé.
Realidad: Cada mujer aumenta de peso de forma diferente durante el embarazo, y todas experimentan distintas alteraciones de la piel. Si le dicen que tendrá una niña a juzgar por su cara rolliza y sonrosada, es posible que tengan razón. ¡Pero es igualmente posible que se equivoquen!
Tomado de: http://kidshealth.org/
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