Foto: Corbis images
Esta actividad es muy importante en la vida del recién nacido, ya que no solo lo mantiene limpio sino que además se convierte en un espacio para que los padres lo estimulen, lo toquen, le hablen y generen cercanía con su hijo. El baño se debe fomentar desde los primeros días para que se convierta en un hábito.
La tradición de las abuelas sugiere no asear a los bebés todos los días para no resfriarlos. Sin embargo, los expertos recomiendan hacerlo diariamente, porque los pequeños sudan mucho y podrían desarrollar problemas con hongos.
Para comenzar, adecúe un espacio que le proporcione tranquilidad al niño; es ideal que sea un ambiente cerrado, como la habitación. Luego seleccione un horario: puede hacerlo en las mañanas o las noches, eso depende de la disponibilidad de tiempo de los padres, “lo importante es que el niño no tenga hambre porque estará irritable y llorará; tampoco se recomienda si acaba de alimentarse, ya que es posible que le dé vómito”, explica el neonatólogo y pediatra Víctor García.
Procure tener apenas los elementos necesarios para que usted no se distraiga, ya que un descuido podría terminar en una grave emergencia. Por ningún motivo deje solo a su bebé.
Es indispensable tener al alcance el jabón, el champú, las toallas, los limpiadores de algodón, para las orejas y para el ombligo, y la crema; la ropa también debe estar completamente lista. No le puede faltar una vasija para mojar al niño ni tampoco un juguete acorde con su edad, para distraerlo durante el baño. Nada de esponja, ya que entre menos contacto tenga la piel del bebé con elementos extraños, mejor.
“Debe usar un jabón neutro o un champú elaborado especialmente para niños, que no cause irritación en sus ojos. No se recomiendan aquellos con aromas fuertes ni los ácidos o elaborados con avena. Estos últimos son especiales para diferentes problemas de piel que pueda tener el bebé, y deben ser formulados por el médico”, afirma el especialista.
Cuando ya tenga todo listo, puede ubicar la tina –que debe estar previamente lavada con agua y jabón– sobre una superficie lisa y estable. Verifique que el agua permanezca cerca de los 25 o 30 grados de temperatura, para esto sumerja su codo en el agua. Durante el baño absténgase de usar joyas y accesorios, ya que estos podrían lastimar al niño.
Antes de comenzar, explíquele al bebé lo que hará, para que él lo entienda; use palabras dulces, canciones y mimos e, incluso, puede ambientar el lugar con música a bajo volumen.
El baño debe ser corto. Luz Estela Barajas, enfermera de Pediatría del hospital El Tunal, indica que un buen baño se realiza en 5 minutos.
En caso de que su hijo sea bebé canguro, siga las instrucciones del especialista, quien seguramente le sugerirá limpiarlo con pañitos pero no bañarlo. Según algunos expertos, la grasa natural del bebé lo ayuda a calentarse y a ganar peso.
Recuerde que hasta el primer año de edad es un buen tiempo para maniobrarlo allí en la tina, luego puede pasar a la ducha, con las medidas de seguridad adecuadas. En condiciones normales, a los 2 años, cuando ya se desenvuelve por sí solo, camina y se comunica con palabras, adquiere ganas de ducharse solo, así que está bien que lo asesore en el proceso y que lo acompañe para que se limpie bien detrás de las orejas, el cuello, la espalda, los pies y los genitales.
Tomado de: www.abcdelbebe.com
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