¿Por qué vacunar a mi hijo?



Desde que surgieron las vacunas, han salvado millones de vidas, sobre todo de niños. Sin embargo, en los últimos años, sobre todo a raíz de la difusión de los movimientos naturistas, la eficacia de las vacunas ha sido puesta en tela de juicio. Si a esto le sumamos que circulan falsos mitos y estudios con poco rigor científico, podremos comprender por qué algunos padres temen vacunar a sus hijos.
¿Cómo funciona el sistema de vacunación infantil?
Cada país tiene un sistema de vacunación diferente, pero como regla general, incluyen una serie de vacunas básicas: contra la polio, la tos ferina, el tétanos, la difteria y, dependiendo de las condiciones ambientales y del nivel de riesgo que exista, también se incorporan vacunas contra la varicela, la encefalitis y el sarampión, entre otras.
Estas vacunas se aplican durante los primeros meses de vida del bebé, aunque hay veces que es necesario esperar un poco más, hasta que el niño tenga un sistema inmunológico suficientemente fuerte como para que sea capaz de asimilar las vacunas y desarrollar las defensas adecuadas que lo inmunizarán. Por eso es tan importante seguir al pie de la letra el calendario de vacunación, ya que si la vacuna se coloca demasiado temprano, el niño se expone a un alto riesgo.
5 razones para vacunar a los niños
Algunos padres no vacunan a sus hijos porque tienen poca información al respecto, al menos de carácter científico, y consideran que las vacunas son un riesgo. Sin embargo, el verdadero riesgo es no ponerlas porque de esta forma el niño quedará indefenso ante numerosas enfermedades. De hecho, existen numerosas razones para apostar por las vacunas que nos propone el sistema de salud:
  1. Las vacunas reducen considerablemente el riesgo de enfermar. El objetivo fundamental de las vacunas consiste en protegernos de determinados agentes infecciosos del Medio Ambiente, y para lograrlo estimula las defensas del organismo. Una vez que se inocula el virus, nuestro organismo desarrolla las defensas y en un futuro, si lo detecta, actuará rápidamente para neutralizarlo. Como resultado, el riesgo a contraer determinadas enfermedades se minimiza, incluso si el niño se expone a los agentes infecciosos.
  2. Los efectos secundarios que provocan son ligeros. Es cierto que las vacunas pueden generar algunos síntomas indeseados, como la fiebre, el decaimiento y la inapetencia, pero normalmente estos son muy leves y duran apenas un par de días. Si ponemos en una balanza estos síntomas con los que suelen provocar enfermedades como la polio o la difteria, nos daremos cuenta de que las vacunas son una opción que realmente vale la pena.
  3. Las consecuencias de las enfermedades serán menores. Cada organismo es único por lo que las vacunas no tienen el mismo efecto en todos. Un pequeñísimo porcentaje de niños puede contraer la enfermedad contra la cual fue vacunado, pero en ese caso, los síntomas que experimentarán serán menos intensos y las secuelas de la enfermedad serán menos limitantes.
  4. Son totalmente seguras. Una de las mayores preocupaciones de los padres es si la vacuna le hará daño al bebé. Si también a ti te preocupa este punto, debes saber que antes de salir al mercado todas las vacunas son sometidas a un meticuloso proceso de análisis experimental, primero en animales y luego en adultos. A lo largo de este proceso se comprueban sus efectos secundarios. Además, los efectos adversos realmente graves se presentan solo en un ínfimo porcentaje.
  5. Las vacunas reducen el riesgo de enfermar de toda la familia. Aunque el que se vacuna es tu hijo, el hecho de que disminuya su riesgo a enfermar también protege a toda la familia ya que normalmente los pequeños son los que suelen llevar las enfermedades a casa pues están en contacto permanente con otros niños, cuyos sistemas inmunitarios no son lo suficientemente fuertes.
Tomado de: http://www.parabebes.com/

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Entradas populares

Actualizaciones de twitter

conoce al autor

MAMI, Mamás Más Involucradas, es una herramienta que permite informar y educar a la madre gestante, en compañía de su núcleo familiar, acerca de los cuidados necesarios que se deben tener durante los nueve meses de embarazo y el primer año de vida del bebé a través de mensajes de texto. Educación + Empoderamiento + Embarazo Compartido para madres de estratos 0 1 2 3 y zona rural dispersa de nuestro país que tienen dificultades para acceder al sistema de salud por distancia o recursos.