Los padecimientos y la metamorfosis que nos toca atravesar en el comienzo del embarazo: cansancio, hambre, de la risa al llanto ¡puf!
Los síntomas de los primeros tres meses de embarazo se instalaron en mi vida, de manera silenciosa al principio, pero con el correr de los días empezaron a hacerse notar. Viéndolo con un poco de distancia me doy cuenta de que efectivamente tuve mis padecimientos aunque, por suerte, no tan pronunciados como otros casos que escuché.
El cansancio
Con el embarazo llegó el sueño. Una especie de cansancio constante que además de provocarme ganas de ir a dormir, me dificultaba la concentración. Lo que trataba de hacer, cuando me venía ese cansancio repentino, era dormir pequeñas siestas, sobre todo después de comer y a la tardecita, ya que con 20 minutos que descansara me sentía mejor. Lo que más me recomendaban, tanto el médico como amigas experimentadas, era que escuchara al cuerpo.
Si estamos cansadas es mejor parar un rato, porque gran parte de nuestra energía está trabajando en la formación del bebé, y el primer trimestre es una etapa fundamental para su crecimiento.
La alimentación
Otro de los síntomas más claros fue el cambio de hábitos alimenticios. Tenía momentos de hambre voraz, en los que me quería devorar la heladera, y a la vez mucho asco a ciertos olores y sabores. La carne era lo que más me desagradaba, no podía oler el asado por ejemplo, y por mi barrio está lleno de parrillas, ¡puaj! El pollo también me resultaba bastante asqueroso. Lo que más quería comer eran hidratos de carbono y queso, pero lo que me solía pasar era que siempre una vez por día me agarraba una sensación de bajón de azúcar que me anulaba por un rato. ¡Qué mal lo pasaba! También tuve algunos episodios de náuseas y de cosas que me cayeron mal, pero por suerte fueron bastante esporádicos.
De la risa al llanto
Los cambios de humor, ¡puf! pobre Ram, él fue el que más los padeció. Aunque no se crean que solo los padece el otro, yo tampoco la pasé bien. Me sentía muy sensible y a la vez bastante iracunda, y no es que me escoltara detrás de esa justificación, al contrario, pero en algunos casos me daba cuenta de que estaba reaccionando de manera exagerada ante cosas que seguramente en otro momento no me hubieran afectado para nada.
El nacimiento de un padre
Durante ese trimestre Ram me fue acompañando en todos esos cambios, a veces con más paciencia y otras veces… ¡con menos! Fue entendiendo de a poco que muchas de mis reacciones se debían al gran cambio que yo estaba atravesando y los dos aprendimos a ejercitar la tolerancia, que no es poco. Al mismo tiempo él se puso más cuidadoso y más protector conmigo, lo que me ayudó a darme cuenta de que no estaba sola, que tenía un compañero y que el embarazo era un proceso de a dos. Eso me tranquilizó mucho.
La metamorfosis corporal fue otro de los síntomas más molestos del primer trimestre… ¡pero eso se los sigo contando en la próxima! Solo quiero decirles a las que están atravesando esos movilizantes primeros tres meses algo que me dijo mi cuñada que en su momento me dejó más tranquila y pude comprobarlo:
No se preocupen tanto, porque después del tercer mes todo cambia ¡y se van a sentir espléndidas!
Tomado de: http://www.disneybabble.com/
0 comentarios:
Publicar un comentario