Manos limpias, niños sanos

Al hablar de rutinas saludables que deben adquirir los niños, muy seguramente una que podría considerarse de las más fáciles de enseñar es el lavado de manos; sin embargo, esa misma característica hace que se deje en un segundo plano, y que no se promueva su práctica, por considerar más importante establecer horarios para las comidas o el sueño.

Una apreciación que puede resultar muy peligrosa, pues lavarse las manos con la frecuencia y técnica adecuadas, aparte de ser un hábito que brinda bienestar, protege a los niños desde corta edad de múltiples enfermedades.

No por nada el tema ha sido objeto de campañas mundiales lideradas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se han dado a la tarea de promover el lavado de manos como una medida contundente de prevención. Es más, el 15 de octubre es la fecha designada como el ‘Día Mundial del Lavado de Manos’ para impulsar la idea en colegios, empresas, instituciones de salud y, en general, en todos los ámbitos.De acuerdo con la OPS, en América la influenza y la neumonía y las enfermedades e infecciones intestinales, respectivamente, se disputan el tercero y cuarto lugares como causa de muerte en niños menores de 5 años. Aproximadamente, cada año, más de 3,5 millones de niños en ese rango de edad pierden la vida por fuertes diarreas o por enfermedad respiratoria aguda.

Al mismo tiempo, estos organismos han divulgado que lavarse las manos con agua y jabón puede reducir en un 50 por ciento las diarreas infantiles, y en un 25 por ciento las infecciones respiratorias.

Fácil y divertido

Para Alejandro Muñoz Preciado, pediatra especializado en puericultura, lavarse las manos no es solo una rutina saludable y de cuidado personal, es una forma fácil y económica de contrarrestar “la amenaza de la proliferación de infecciones y enfermedades, tanto respiratorias como diarreicas”.

Aunque la apreciación del doctor Muñoz es muy acertada y los adultos tienen claro que lavarse las manos es básico, muchos no lo ponen en práctica y, obviamente, menos lo transmiten a sus hijos, con el objetivo de hacer de esto una rutina frecuente de aseo y salud.

Adriana Guevara, licenciada en educación especial de la Secretaría de Educación, insiste en que este es un hábito que los niños deben formar desde pequeños, “en primer lugar para prevenir enfermedades, segundo para aprender a estar aseados, tercero, por una buena presentación de sus trabajos y, también, por autoestima”.

La educadora explica que siempre que los niños vayan al baño, tanto antes como después; cuando cambian de actividades escolares, por ejemplo, al terminar prácticas al aire libre y pasan nuevamente al aula, ellos deben bañarse las manos para que sus trabajos manuales o de escritura se mantengan limpios y en correcta presentación.

Igualmente, los entrevistados anotan que son variados los momentos a lo largo del día en que hay que lavarse las manos, en especial, antes de consumir los alimentos, cuando se han tocado objetos que han pasado por muchas personas como los juguetes, o si se está en contacto con mascotas.

“También al regresar a casa de cualquier actividad. Es importante que los papitos entiendan que esta es una temporada en la que proliferan muchos virus y que se propagan las enfermedades respiratorias, por esto, tanto ellos como los niños deben lavarse las manos al llegar a la casa. Esta es una tarea que los jardines enseñan, pero que hay que fortalecer en casa para crear una rutina saludable de lavado de manos”, dice Guevara.

Tomado de: http://www.abcdelbebe.com/