Diez cosas que debe evitar una embarazada
Todos sabemos y tenemos claro que un embarazo no es una enfermedad, por lo que no hay que tratar a las mujeres como si de unas impedidas se tratara y, más o menos, pueden llevar una vida normal, si los cambios producidos por el embarazo lo permiten.
Sin embargo, pese a no ser una enfermedad, también tenemos claro que no es una situación habitual y que muchas de las cosas que haga la madre repercutirán en el bebé. Por eso, sin afirmar que son las cosas más importantes a tener en cuenta, pero afirmando que todas las que comentaremos deben considerarse, os ofrecemos a continuación diez cosas que debe evitar una embarazada.
Consumir alcohol durante el embarazo
En más de una ocasión he oído eso de “por una copita no pasa nada” y es muy posible que sea cierto, pero es muy difícil, por no decir imposible, asegurar cuánto es un consumo seguro y, ante la duda, es mejor no probarlo. De vez en cuando aparecen estudios que dicen que podría ser seguro, pero de vez en cuando leemos también información que demuestra que no.
Una copita en todo el embarazo es probablemente segura, pero el “por una copita no pasa nada” obvia la coletilla, que puede ser “al día”, “a la semana”, “al mes” o “en todo el embarazo”, cuando no es lo mismo. Se sabe que la concentración que alcanza el alcohol en la sangre del feto es muy similar a la que puede encontrarse en la sangre materna, de modo que los síntomas que puede padecer una mujer por haber bebido alcohol los estará viviendo también su bebé, con el agravante de que es mucho más pequeño y tiene un cerebro en formación.
Fumar durante el embarazo
Fumar es malo. Lo es para una mujer embarazada y lo es también para una que no lo está. En el caso que nos ocupa, como hablamos de embarazadas, los datos parecen demostrar que las madres fumadoras tienen más riesgo de aborto, de hemorragia vaginal, de parto prematuro, de embarazo ectópico, etc. Además, los bebés nacen con menos peso, tienen más riesgo de padecer el Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante (SMSL) y nacen más irritables por padecer síndrome de abstinencia (nacen esperando seguir recibiendo las mismas sustancias que recibían por causa del tabaco de su madre).
Tomar demasiado café durante el embarazo
Aunque más que hablar de café podríamos hablar de cafeína, porque las bebidas de Cola la llevan y el mate, por ejemplo, también.
El tema está en que lo recomendable es tomar como mucho 300 miligramos diarios de cafeína, que equivalen a tres tazas de café o seis refrescos de cola. Como veis, no es fácil pasarse de la cifra, pero oye, todos conocemos a gente que toma más de tres cafés diarios y, en caso de embarazo, se aconseja reducir la cantidad diaria.
Tomar baños calientes y saunas durante el embarazo
No sé si apetece mucho eso de tomar un baño bien caliente estando embarazada, o incluso ir a la sauna, porque a mí no me apetece ni quitando la posibilidad de quedarme en estado, pero por si acaso entra la tentación, es importante comentar que las embarazadas deberían evitar que su cuerpo supere los 38,9ºC, sobre todo en el primer mes de gestación, cuando ese aumento de temperatura puede afectar al sistema nervioso del bebé. Por eso no se recomiendan los baños calientes, las aguas termales, la sauna y en general toda actividad que eleve la temperatura del cuerpo por encima de esa cifra.
Hacer dieta
Todo embarazo implica un aumento de peso. Además se tiende a retener líquidos, a moverse una menos y a comer, quizás, más. Eso hace que el peso vaya subiendo y subiendo y que la figura, obviamente, vaya cambiando. Muchas mujeres quieren evitar ese aumento de peso y cometen el error de ponerse a dieta durante el embarazo, que es precisamente cuando menos indicado está. La razón es que hacer dieta puede afectar al desarrollo cerebral de los bebés, puede hacer que las paredes de los vasos sanguíneos del bebé sean más débiles y hace que, además, el bebé reciba peores nutrientes.
Radiografías durante el embarazo
Las radiografías, que en nuestra infancia se hacían tan alegremente, se limitan ya a hacerse cuando se consideran estrictamente necesarias. En el caso de una embarazada, hay varios estudios que demuestran que para afectar al feto debería darse una radiación muy alta o hacer la radiografía directamente sobre el útero materno. De todas maneras, como digo, y por si acaso, se recomienda buscar métodos alternativos o bien dejar la radiografía para después del embarazo, si es posible.
Comer peces grandes
Hace cosa de dos años la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) emitió un comunicado en el que recomendaban evitar el consumo de peces grandes como el atún, el pez espada o el tiburón por la gran cantidad de metales que acumulan, sobre todo mercurio, que pueden afectar al desarrollo neuronal del bebé.
Hacer ejercicio de alto impacto en el embarazo
Ya nadie duda de que hacer ejercicio durante el embarazo es beneficioso para las mujeres. Si a eso añadimos que ahora sabemos que también es bueno para los bebés, no queda razón para no recomendarlo. Sin embargo, no es lo mismo hacer un poco de ejercicio cada dos o tres días que hacer ejercicios de alto impacto con saltos, sacudidas bruscas, cargando objetos pesados o similar, a no ser que la mujer esté tan acostumbrada a todo ello que pueda hacerlo, reduciendo la intensidad, con seguridad.
Comer alimentos que puedan contagiar la toxoplasmosis
Es raro, es difícil y es improbable que una mujer que no ha padecido nunca una toxoplasmosis la coja justamente cuando está embarazada. Sin embargo, no es imposible. Por eso, aquellas que tras las analíticas sepan que no están inmunizadas contra esta enfermedad deberán tener cuidado con los alimentos que pueden contagiarla, pues se trata de una enfermedad que pone en riesgo serio al bebé.
Para ello debe evitarse el consumo de carnes crudas o poco hechas, el consumo de lácteos crudos y de todo aquel alimento que venga del campo y no haya sido lavado a conciencia (un animal infectado podría haber defecado sobre ellos).
Pasar el embarazo sola, estresada y/o sin información
Para acabar, os dejamos con un tres en uno, por eso de que ya no son cosas que una haga o deje de hacer, o que coma o deje de comer, sino una cuestión más del entorno directo y de la vida que lleva una embarazada. Un embarazo implica dos personas, una pareja, por eso es interesante lograr la implicación del papá en el embarazo, para que él también sepa de qué va el tema, cómo te sientes, qué necesitas, cómo será el embarazo, el parto y cómo será luego, cuando el niño ya haya llegado.
Juntos podéis también informaros, porque (y os lo digo por experiencia) no es lo mismo ir a dar a luz y no es lo mismo tener un hijo sin información, que con ella. “La información es poder”, dicen, y en este caso es cierto. Saber hace que una mujer tenga más claro lo que quiere y lo que no quiere, lo que es normal y lo que no es, lo que puede hacer para estar más tranquila durante el parto y lo que no debe hacer para que todo vaya mejor. Así podrá controlar sus miedos y, con un poco de preparación, ir en mejores condiciones a dar a luz.
De igual modo, y como todos sabemos, el estrés no es buen compañero de viaje de nadie, ni de los solteros ni de los casados, ni de los que esperan a un bebé, ni de los que no lo esperan. Por eso, y para que el embarazo sea feliz y recordado como merece, debe minimizarse o eliminarse el estrés durante el embarazo. Además, se sabe que el estrés puede llegar a afectar no sólo al bebé, sino también al devenir del embarazo, así que lo dicho: nada de estresarse mientras haya barriguita.
Radiografías durante el embarazo
Las radiografías, que en nuestra infancia se hacían tan alegremente, se limitan ya a hacerse cuando se consideran estrictamente necesarias. En el caso de una embarazada, hay varios estudios que demuestran que para afectar al feto debería darse una radiación muy alta o hacer la radiografía directamente sobre el útero materno. De todas maneras, como digo, y por si acaso, se recomienda buscar métodos alternativos o bien dejar la radiografía para después del embarazo, si es posible.
Comer peces grandes
Hace cosa de dos años la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) emitió un comunicado en el que recomendaban evitar el consumo de peces grandes como el atún, el pez espada o el tiburón por la gran cantidad de metales que acumulan, sobre todo mercurio, que pueden afectar al desarrollo neuronal del bebé.
Hacer ejercicio de alto impacto en el embarazo
Ya nadie duda de que hacer ejercicio durante el embarazo es beneficioso para las mujeres. Si a eso añadimos que ahora sabemos que también es bueno para los bebés, no queda razón para no recomendarlo. Sin embargo, no es lo mismo hacer un poco de ejercicio cada dos o tres días que hacer ejercicios de alto impacto con saltos, sacudidas bruscas, cargando objetos pesados o similar, a no ser que la mujer esté tan acostumbrada a todo ello que pueda hacerlo, reduciendo la intensidad, con seguridad.
Comer alimentos que puedan contagiar la toxoplasmosis
Es raro, es difícil y es improbable que una mujer que no ha padecido nunca una toxoplasmosis la coja justamente cuando está embarazada. Sin embargo, no es imposible. Por eso, aquellas que tras las analíticas sepan que no están inmunizadas contra esta enfermedad deberán tener cuidado con los alimentos que pueden contagiarla, pues se trata de una enfermedad que pone en riesgo serio al bebé.
Para ello debe evitarse el consumo de carnes crudas o poco hechas, el consumo de lácteos crudos y de todo aquel alimento que venga del campo y no haya sido lavado a conciencia (un animal infectado podría haber defecado sobre ellos).
Pasar el embarazo sola, estresada y/o sin información
Para acabar, os dejamos con un tres en uno, por eso de que ya no son cosas que una haga o deje de hacer, o que coma o deje de comer, sino una cuestión más del entorno directo y de la vida que lleva una embarazada. Un embarazo implica dos personas, una pareja, por eso es interesante lograr la implicación del papá en el embarazo, para que él también sepa de qué va el tema, cómo te sientes, qué necesitas, cómo será el embarazo, el parto y cómo será luego, cuando el niño ya haya llegado.
Juntos podéis también informaros, porque (y os lo digo por experiencia) no es lo mismo ir a dar a luz y no es lo mismo tener un hijo sin información, que con ella. “La información es poder”, dicen, y en este caso es cierto. Saber hace que una mujer tenga más claro lo que quiere y lo que no quiere, lo que es normal y lo que no es, lo que puede hacer para estar más tranquila durante el parto y lo que no debe hacer para que todo vaya mejor. Así podrá controlar sus miedos y, con un poco de preparación, ir en mejores condiciones a dar a luz.
De igual modo, y como todos sabemos, el estrés no es buen compañero de viaje de nadie, ni de los solteros ni de los casados, ni de los que esperan a un bebé, ni de los que no lo esperan. Por eso, y para que el embarazo sea feliz y recordado como merece, debe minimizarse o eliminarse el estrés durante el embarazo. Además, se sabe que el estrés puede llegar a afectar no sólo al bebé, sino también al devenir del embarazo, así que lo dicho: nada de estresarse mientras haya barriguita.
Tomado de: http://www.bebesymas.com/
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