Mucho se habla sobre la estimulación de los bebés, y algunos consideran que se trata de mantenerlos activos todo el tiempo o de realizar con ellos actividades muy complejas, que los convertirán en seres más inteligentes.
Pues nada de esto es cierto. La estimulación, según la definió Paula Bernal, psicóloga, es un conjunto de actividades que buscan favorecer el sano crecimiento de los niños, trabajar la autoeficacia, seguridad en sí mismo, afecto, relación con los adultos y sus pares, lenguaje, motricidad y percepción.
Y en cuanto a la inteligencia, María Isabel Guerrero, psicóloga infantil, afirma que “es un error pensar que por medio de la estimulación se logrará tener niños más inteligentes. No es un método para crear niños genios, se trata de construir buenos cimientos para sus vidas y de darles una oportunidad de aprender con más facilidad y desarrollar sus talentos”.La clave está en cultivar sus capacidades desde la infancia, pues una estimulación adecuada es un facilitador del desarrollo intelectual, pero nunca un generador de capacidad intelectual adicional a la que posee.
Se empezó a hablar de estimulación temprana para hacer referencia a ejercicios que, para mejorar su condición, ejecutaban niños con dificultades en su desarrollo psicomotor, en compañía de sus padres, educadores, cuidadores y terapeutas. Sin embargo, con el tiempo se implementó en todos los niños y se identificaron beneficios adicionales, especialmente con intervención familiar. Expertos sostienen que realizar actividades con los padres es algo realmente beneficioso para los niños, pues fortalecen el vínculo, aumentan las conexiones de las neuronas y le permiten al niño divertirse.
Muchas de estas actividades se pueden realizar en la casa y no son para nada extrañas. Taparse la cara con las manos para que el bebé busque al adulto, llevar al bebé a un espejo para que se mire y hacerle caras, tapar y destapar objetos con una cobija, escuchar música, conversarle al bebé, son todas acciones que afianzan su desarrollo y son fáciles de hacer.Lo más importante es no fatigar al bebé, sino generarle deseos de hacer repetir el juego y de querer estar con el adulto que lo acompaña. Si se estimula demasiado, el niño se cansa. En últimas, se trata de no dejar al bebé sencillamente quieto en una cuna esperando a que crezca, él necesita estar acompañado, divertirse, jugar y explorar el mundo. Cada juego le aporta conocimiento y experiencia. Hoy día existen muchos centros de estimulación para niños. Si bien las tareas se pueden hacer en casa, estos sitios también les ayudan a las mamás primerizas porque les permiten encontrarse con otras mujeres que están viviendo lo mismo, relacionarse con personas que saben del tema y no sentirse tan solas en la crianza como puede sucederles a algunas madres.
Algunas ventajas
Con la estimulación:
• Se fortalece el vínculo con la madre.
• Propicia el buen desarrollo físico, mental y social.
• Potencia las habilidades de aprendizaje.
• El bebé aprende que puede hacer cosas por sí mismo.
• Se conoce a sí mismo y también su cuerpo.
• Se divierte.
Tomado de: http://www.abcdelbebe.com/
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