¿Por qué el “pórtate bien” no sirve para educar a los hijos?



Creo que “pórtate bien”, seguida de “se bueno” encabezan el top ten de las frases más utilizadas por los padres. Pero, ¿os habéis detenido a pensar qué significan para ellos? Ya os lo respondo yo: nada.

Pero, ¿por qué el “pórtate bien” no sirve para educar a los hijos? Básicamente, porque un niño no sabe qué es portarse bien o cómo ser bueno si no se lo enseñamos. Y si se lo preguntas, seguramente sea diferente a la idea que tenemos los adultos sobre portarse bien o ser bueno. Somos los padres los encargados de marcarles el camino con límites concretos que puedan entender, no con órdenes subjetivas.

Los famosos límites son fundamentales en la educación de los hijos. No son enemigos de la crianza, al contrario, los necesitan para crecer y desarrollarse de forma sana. No como una forma autoritaria, sino como guía. Los padres, quienes conocemos mejor que nadie a nuestros hijos y les amamamos incondicionalmente, somos quienes marcamos esos límites, siempre desde la empatía y el respeto.

Como decía antes, el “pórtate bien” es tan subjetivo que aunque se lo repitamos todo el día el niño no sabrá cómo actuar y lo más probable es que, al no saber lo que pretendemos al decírselo, acabe portándose mal. Pero no por enfrentarnos o ponernos a prueba, simplemente porque no sabe cómo comportarse en esa situación concreta.

Alternativas al “pórtate bien”

La clave está en ofrecer una alternativa al “pórtate bien”. Una explicación concreta adaptada a cada situación.

Pongamos un ejemplo: Esta tarde vamos a visitar a la tía abuela, quien sabemos que se pone muy nerviosa si el niño le toca los adornos de cristal. No basta con que antes de atravesar la puerta de su casa le digamos al niño “Pórtate bien”.

Porque para un niño de dos, tres o cuatro años curiosear los adornos de la tía abuela no está mal, explorar en la infancia es parte de su naturaleza, está aprendiendo. Además los adornos son tan coloridos y tienen formas tan bonitas (hay jarrones, animalitos, campanillas, cucharillas, etc.) que no se puede aguantar las ganas de tocarlos. Tampoco hace falta que se quiten los adornos, es preferible enseñarle a no tocarlos

¿Cómo hacerlo? “Pórtate bien” es muy amplio, tenemos que ser concretos. Explicarle que los adornos son muy especiales para ella, que los aprecia mucho y se pondría muy triste si se rompe alguno. Por lo tanto, puede mirarlos o se los enseñamos nosotros, pero le pedimos por favor que no los toque.

Así hay miles de ejemplos. ¿Cómo puede saber que tiene que darnos la mano para cruzar la calle? Debemos decírselo y explicarle por qué. “Pórtate bien” no es igual que “tienes que darme la mano porque es muy peligroso que cruces solo, puede atropellarte un coche”.

Tenemos que enseñarle al niño a tener conductas apropiadas según la situación en la que se encuentre. Darle alternativas, explicarles lo que no pueden hacer y marcarles aquello que sí pueden hacer.

Por contrapartida, si el niño no hace lo que le hemos pedido, tampoco debemos decirle “te portas mal” o “eres malo”. Lo que hay que rechazar es la conducta y no al niño.

Tomado de: http://www.bebesymas.com/

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MAMI, Mamás Más Involucradas, es una herramienta que permite informar y educar a la madre gestante, en compañía de su núcleo familiar, acerca de los cuidados necesarios que se deben tener durante los nueve meses de embarazo y el primer año de vida del bebé a través de mensajes de texto. Educación + Empoderamiento + Embarazo Compartido para madres de estratos 0 1 2 3 y zona rural dispersa de nuestro país que tienen dificultades para acceder al sistema de salud por distancia o recursos.