Si amo a mi bebé, ¿por qué me siento así?
En primer lugar, piensa que no estás sola. Esto les ocurre a muchas mujeres. Por un lado es normal que te sientas emocionalmente vulnerable después de tener un bebé. Hasta un 80 por ciento de las nuevas mamás experimentan lo que se conoce como la tristeza de después del parto (baby blues en inglés), una reacción emocional que comienza entre unos días y una semana después de tener al bebé, y que no debe durar más de dos semanas.
Si te sucede a ti, es posible que te sientas nerviosa, con ansiedad, con ganas de llorar o que no puedas dormir. También te puedes sentir irritable y con cambios de humor.
Generalmente las nuevas mamás se sienten mucho mejor después de descansar un poco, especialmente si reciben algo de ayuda con el bebé. Pero si tu tristeza, o la de alguien a quien conoces, se prolonga por más de dos semanas, continúa leyendo.
¿Puedo estar sufriendo una depresión posparto?
Si crees que puedes lastimarte a ti misma o a tu bebé o que no lo puedes cuidar de forma adecuada, busca ayuda profesional de inmediato.
¿Qué es la depresión posparto?
Los síntomas de la depresión posparto incluyen:
- Dificultad para dormir.
- Llanto o tristeza.
- Enojo.
- Pérdida de interés en actividades que antes resultaban agradables.
- Dificultad para concentrarse.
- Cambio en el apetito o hábitos alimenticios.
- Ansiedad y preocupación.
- Mal humor e irritabilidad.
- Dolores de cabeza, estómago, músculos y espalda.
- Sentimientos negativos. Sentirse triste, sin esperanzas y con culpa excesiva.
- Cansancio o fatiga.
Algunas mujeres con depresión posparto creen que no pueden cuidar de forma adecuada a su bebé. Otras tienen miedo de hacerle daño.
Tu doctor es el que mejor puede determinar si estás sufriendo de depresión posparto, pero tú también puedes tener una idea de si es esto lo que te está pasando.
Es importante conocer la diferencia entre los cambios emocionales normales durante el posparto y los que indican que necesitas apoyo.
No es solamente lo que estás sintiendo lo que puede indicar que algo va mal, sino también la frecuencia, intensidad y duración de esos sentimientos.
En otras palabras, muchas nuevas mamás pueden sentirse tristes y con ansiedad periódicamente durante los primeros meses después del nacimiento del bebé. Pero si estás llorando todo el día, durante varios días seguidos, o tienes ataques de pánico, deberías ponerte en contacto con tu doctor.
La depresión posparto puede afectar a cualquier mujer, ya sea inmediatamente después de dar a luz o meses después. Desafortunadamente, la comunidad médica tiene una larga historia de falta de comprensión y de diagnósticos equivocados con respecto a la depresión posparto. A veces los médicos no se toman demasiado en serio las quejas de una nueva madre y piensan que se trata sólo de cambios hormonales y del ajuste a su nuevo papel.
Nuestra sociedad también hace que sea difícil admitir sentimientos negativos acerca de la maternidad. Cuando las madres expresan sentimientos como ambivalencia, miedo, o rabia, pueden sentirse asustadas por ellos y asustar a los que tienen a su alrededor. Esto es especialmente cierto en nuestra cultura en la que, debido al valor y la importancia que tiene la maternidad, puede ser muy difícil de entender para los que nos rodean (y para las propias mamás) que no estemos felices con nuestro bebé.
Pero la depresión posparto no es algo que se pueda solucionar con la voluntad, igual que no podemos hacer que nuestro páncreas funcione correctamente cuando tenemos una diabetes sólo "deseándolo" o cambiando nuestra "actitud". La depresión posparto es un desarreglo químico del cerebro.
¿Qué es lo que causa la depresión posparto?
Los factores de riesgo más importantes son:
- Crisis frecuentes de ansiedad o depresión durante el embarazo, particularmente durante el tercer trimestre.
- Haber sufrido de depresión o ansiedad previamente.
- Historial de depresión o ansiedad en la familia.
- Estrés causado por el cuidado infantil.
- Falta de apoyo social.
- Dificultades en el matrimonio.
- Estrés por eventos externos como problemas financieros o la pérdida de un trabajo.
- Cuidar a un niño con un temperamento difícil.
- Una baja autoestima.
- Un embarazo no deseado o planeado.
- Ser soltera.
- Bajos recursos financieros.
- Haber experimentado tristeza de después del parto (baby blues en inglés).
Sin embargo, recuerda que estos factores de riesgo no causan la depresión posparto. Muchas mujeres con factores de riesgo de este tipo no se deprimen, mientras que otras con un solo factor de riesgo, o quizás ninguno, padecen una depresión seria.
¿Qué puedo hacer para tratar la depresión posparto?
Trátate bien. Asegúrate de que atiendes tus necesidades principales: intenta dormir y comer bien, y no te sientas culpable acerca de cómo te sientes ahora. El hecho de que tengas una depresión posparto no significa que seas una mala madre o que no quieras a tu hijito. Una vez que te sientas mejor, estos sentimientos disminuirán.
Pide ayuda. Una parte muy importante de ser una buena madre es saber cuándo pedir ayuda, de manera que no tengas miedo de hacerlo durante estos momentos difíciles. Ayuda quiere decir muchas cosas: desde familiares o amigos que te ayuden a cocinar o a limpiar la casa o a cuidar del bebé, hasta la ayuda de un psicólogo. Es necesario recibir ayuda para que te mejores.
Comparte tus sentimientos con otros. Dile a alguien a quien quieras cómo te sientes. Llama a un familiar o a una amiga que te sepa escuchar. Únete a un grupo para mamás para encontrar apoyo, o habla con mamás en foros. Puede que te sorprenda saber cuántas mamás están experimentando sentimientos similares. Si tienes un esposo o pareja que te apoya, asegúrate de que sabe qué es lo que te está ocurriendo y cómo te puede ayudar.
No te abandones "por fuera". Cuidar tu aspecto físico a veces te puede ayudar por dentro. Haz que tu esposo o un familiar o amigo cuiden de tu bebé mientras tú te das una ducha relajante. Maquíllate, si lo haces normalmente. Sal de compras y elige cosas sólo para ti. También te puedes poner tus prendas favoritas en esos días que son particularmente difíciles. Sentirte mejor por fuera te ayudará a sentirte mejor por dentro.
Averigua cuándo puedes comenzar a hacer ejercicio para ponerte en forma después del parto.
Descansa. El cuidar de un recién nacido es muy cansado y podrías estar exhausta. Desafortunadamente, es común que las mamás que sufren de depresión posparto no puedan dormir cuando lo desean. Sin embargo, es importante descansar.
Puedes simplemente relajarte leyendo una revista o viendo la televisión. Pídele a un familiar o a una amiga que vigile a tu bebé, aunque sea por una hora, todos los días. Si no hay nadie que te pueda ayudar, puedes contratar a una niñera que tenga experiencia con recién nacidos.
Sal a la calle. Pon a tu bebé en su carreola (cochecito) y llévalo a dar un paseo, aunque sea alrededor de la cuadra, o sal con una amiga a un café cercano. El aire fresco, el sol y la compañía les harán mucho bien a tu bebé y a ti. Si un paseo es demasiado para ti en este momento, simplemente vete fuera, cierra los ojos, respira hondo, y siéntate al sol durante unos minutos. Te ayudará.
Tómate las cosas con calma. La llegada de tu bebé es una buena razón para tomarte las cosas con calma. Resiste la tentación de lavar la ropa mientras el niño duerme y deja que el resto de las tareas esperen. Haz que te traigan la comida, o pídele a tu pareja que te traiga algo de camino a la casa. Si el teléfono siempre está sonando en los momentos más inoportunos (por ejemplo cuando estás intentando que el bebé duerma, o cuando finalmente has podido encontrar un ratito para descansar) baja el volumen del timbre y regresa las llamadas cuando sea conveniente para ti.
Si estás de baja por maternidad, olvídate de todo lo referente al trabajo. No te preocupes porque estarás lista para trabajar de nuevo en poco tiempo.
Fuente: http://espanol.babycenter.com/a900409/depresi%C3%B3n-posparto
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