Para enseñar a dormir a los bebés y niños, los padres podemos seguir cada noche una serie de rituales, como cantar una canción o contar un cuento antes de acostarlos. Los rituales proporcionan seguridad a nuestros hijos y ayudan a los niños a tomar conciencia de que se acerca la hora de ir a dormir.
Los rituales son una buena manera de fortalecer el sueño de nuestro hijo y prevenir esos posibles desórdenes. Además, cumplen una importante función en la formación de la personalidad de los niños, pues el sentirse capaces de dormirse solos les ayuda a desarrollar su autonomía.
Los rituales son actos que se realizan siempre de la misma forma. Cuando se refieren a la hora de dormir, tienen como finalidad ayudar al niño en el tránsito de la vigilia al sueño.
Para algunos niños, irse a dormir significa separarse de sus padres y quedarse solos en la oscuridad. Los rituales contribuyen a dar seguridad al niño: son repetitivos y, al ser compartidos con sus padres, les facilitan esa pequeña despedida de cada noche.
Cada familia puede desarrollar algún ritual propio que la identifique: cantar una canción, leer o contar un cuento, contar los muñequitos del móvil... El peluche favorito o la mantita también contribuyen a darle seguridad al bebé, pues cualquiera de estos objetos es como una prolongación de sus padres.
El niño puede elegir el juego a realizar, o el juguete, pero debes ser tú la que ponga el límite de tiempo. La clave del ritual está en que sea repetitivo. El hecho de que, cada noche, a la misma hora, se repita un determinado juego, es lo que ayuda al bebé a tomar conciencia de que le toca ir a dormir.
Normalmente, antes de los 8 meses los rituales para dormir no son de gran utilidad. A partir de esta edad, cualquier momento es bueno para empezar. Ten en cuenta que las primeras dificultades para dormir de tu hijo pueden derivar, más tarde, en trastornos del sueño, tales como miedos nocturnos o, cuando los niños son más mayores, insomnio.
Tomado de: http://www.elbebe.com/
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