Desde que el bebé empieza a crecer en ti, naturalmente va adquiriendo reflejos. Al nacer, estos son fundamentales, porque lo ayudarán a adaptarse a su entorno con mayor facilidad. Pero, ¿qué son los reflejos?
Los reflejos son los actos involuntarios que todos los seres vivos tenemos frente a un estímulo. Cuando estos actos se hacen conscientemente, se convierten en voluntarios, dejando de ser así “reflejos”. En el recién nacido los primeros reflejos son indicadores de su estado general y desarrollo.
La importancia de los reflejos en el recién nacido
Los reflejos brindan mucha información sobre el estado neurológico del bebé. Cuando un reflejo no aparece en el momento que debiera, o si persiste durante más tiempo de lo normal, podría indicar que existe una lesión neurológica.
Como hay algunos reflejos que van desapareciendo a medida que el bebé crece, para los profesionales es fundamental analizar los reflejos que deben estar, como los que ya no deben existir. Por lo tanto, la presencia e intensidad de un reflejo es una señal importante de vitalidad, y del correcto funcionamiento y desarrollo del sistema nervioso.
¿Cómo detectar los reflejos en tu bebé?
Algunos de los reflejos son innatos y resultan vitales para que el niño pueda vivir como, por ejemplo, el respirar o tragar. Existen distintos tipos:
De búsqueda y de succión: este es el primero que seguramente notes. Si le acaricias a tu bebé la mejilla o la comisura de los labios, instintivamente comenzará a buscar. Al colocarle en su boca el pezón enseguida succionará obteniendo así el alimento que necesita. Este reflejo está presente desde el nacimiento, y los especialistas indican que alrededor de los seis meses deja de ser un reflejo para convertirse en un acto voluntario.
De la marcha: prueba colocar a tu bebé sobre tu abdomen y notarás como mueve las piernas como si quisiera arrastrarse. Algunos afirman que este acto indicaría que el bebé podría estar ensayando los movimientos para un futuro gateo. Verás que el médico sujeta al bebé por las axilas, y apoyándole un pie sobre una superficie dura, reaccionará levantando el otro pie como si fuese a caminar.
De Moro: ante un ruido fuerte o repentino, o frente a la sensación de caer, el bebé estira las piernas, los brazos y los dedos. Reacciona como si le hubieran dado un susto, respondiendo a un instinto de protección.
De Babinski: al pasarle al bebé suavemente la mano por la planta del pie, desde el talón hasta el dedo gordo, flexionará los dedos hacia adentro.
De presión palmar: al tocarle la palma de la mano, la cerrará y agarrará el dedo de quién lo esté haciendo.
De Galant: si colocas al bebé de espalda, girará la cabeza hacia un lado y mientras mantiene estirada la pierna y el brazo del mismo costado, a su vez, dobla las extremidades del otro lado.
Verás que enseguida después del nacimiento, tu bebé recién nacido es examinado inmediatamente por los profesionales que constatan que goce de buena salud. Para esto le realizan algunos estudios, entre ellos, el examen de los primeros reflejos.
¿Durante cuánto tiempo manifiesta estos reflejos?
Gran parte de los reflejos desaparecen a las pocas semanas de vida del bebé, aunque pueden mostrarse hasta los cuatro u ocho meses. No obstante, hay algunos que duran para toda la vida, como es el caso de la tos.
Tomado de: http://www.disneybabble.com/
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