¿Por qué tenemos abortos?

Hablar de los abortos nunca es fácil pero se trata de una realidad a la que se enfrentan muchas parejas. De hecho, se estima que uno de cada cinco embarazos termina en aborto, aunque como la mayoría ocurre durante el primer trimestre de la gestación, algunas mujeres ni siquiera llegan a enterarse de que estaban embarazadas.
A partir de los 35 años el riesgo de tener un aborto espontáneo aumenta considerablemente, tanto es así que aproximadamente una quinta parte de los embarazos a esta edad no llegan a buen puerto. Como podrás suponer, después de los 40 años las probabilidades de sufrir un aborto son aún más elevadas. Sin embargo, la edad no es la única causa de los abortos, este problema puede estar ocasionado por diferentes factores.
¿Qué puede causar un aborto espontáneo?
Cuando una mujer tiene su primer aborto, a menudo no se realiza un análisis que permita descubrir las causas. De hecho, este tipo de estudio clínico se suele realizar después de que haya ocurrido el segundo aborto espontáneo, pero en muchos casos no se llega a descubrir la causa subyacente.
No obstante, se sabe que entre el 50 y el 70% de los abortos espontáneos que ocurren durante el primer trimestre del embarazo se deben a anomalías cromosómicas en el óvulo fecundado. ¿Qué significa esto? Que el óvulo o el espermatozoide tienen un número inadecuado de cromosomas y por eso el cigoto no se desarrolla como debería.
Cuando el cigoto tiene problemas cromosómicos, lo más probable es que se produzca un embarazo anembrionario. Es decir, el óvulo fecundado logra implantarse en el útero y la placenta empieza a formarse, pero el embrión interrumpe su desarrollo o ni siquiera llega a formarse. Como la placenta ya ha comenzado a estimular la segregación de hormonas, la prueba de embarazo dará positiva. Será necesario hacer un ultrasonido para apreciar que el saco gestacional está vacío.
En otros casos el aborto se debe a que el óvulo no se implantó bien en el útero o a que el embrión tenía defectos estructurales que le impedían crecer de forma normal. Obviamente, las causas del aborto no se restringen a las anomalías propias del embrión, también hay causas vinculadas a la madre

Los factores maternos que pueden aumentar el riesgo de aborto
Más allá de la edad, existen otros aspectos que incrementan el riesgo de sufrir un aborto espontáneo. Entre ellas encontramos:

• Las enfermedades crónicas: como una diabetes mal controlada, los trastornos hormonales como el síndrome del ovario poliquístico y las patologías del sistema inmunológico, como el lupus.
• Los problemas en el aparato reproductor: como las malformaciones congénitas del útero, los fibromas uterinos y las adhesiones uterinas severas.
• Una historia familiar de anomalías genéticas: el riesgo de aborto es más elevado entre aquellos padres que tienen una anomalía genética en su historia familiar ya que es muy probable que tengan algunos de estos genes, aunque sean recesivos.
• Las infecciones: se ha demostrado que las mujeres que padecen una infección durante el embarazo tienen mayores probabilidades de perder al bebé, sobre todo en los casos de rubéola, sarampión, listeria, citomegalovirus y gonorrea.
• Hábitos de vida inadecuados: como fumar, beber alcohol y usar drogas. Para que se tenga una idea de la incidencia de lo dañinos que pueden llegar a ser estos hábitos, baste decir que el riesgo de aborto se triplica en las mujeres que beben alcohol con asiduidad.
• La obesidad: las mujeres con sobrepeso u obesidad tienen un 67% más de probabilidades de sufrir un aborto espontáneo, lo cual se debe, fundamentalmente, a que son más propensas a desarrollar la preclampsia.

Además, se conoce que algunos medicamentos pueden provocar abortos espontáneos, así como la exposición a determinadas toxinas que se encuentran en el medio ambiente, sobre todo el plomo y el arsénico. También se sabe que el riesgo de aborto aumenta si sales embarazada tan solo tres meses después de haber dado a luz.

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Tomado de:www.parabebes.com