A lo largo del embarazo la mujer sufre diferentes cambios, tanto a nivel fisiológico como emocional, muchos de los cuales la toman por sorpresa y otros ni siquiera se los logra explicar. Uno de los comportamientos más curiosos que tiene lugar fundamentalmente durante las últimas semanas del embarazo es el “síndrome del nido”.
¿En qué consiste?
La futura madre se siente invadida por un estado de euforia que la impulsa a organizar, limpiar y ordenar la casa, más allá de los hábitos de limpieza cotidianos. En algunas mujeres estos comportamientos aparecen a partir del quinto mes de embarazo pero lo normal es que ocurra durante las semanas previas al parto. No obstante, hay quienes llegan a experimentarlo incluso a partir del primer trimestre.
Lo interesante es que esta conducta compulsiva por la limpieza y el orden no solo es propia de las mujeres, sino que los científicos también la han podido apreciar en algunas especies animales. Al parecer, este impulso surge de la necesidad instintiva de que el entorno se encuentre limpio y organizado para la llegada del pequeño, de forma que los riesgos para su salud sean mínimos.
Obviamente, en las mujeres también inciden factores sociales, como el hecho de que es necesario “adecentar” el hogar, no solo para la llegada del bebé, sino también para las visitas que irán a conocerle. Además, también tenemos la tradición de redecorar el cuarto del bebé apostando por colores y objetos que propicien su bienestar.
¿Cómo se manifiesta?
Cada mujer experimenta el síndrome del nido de una manera diferente, algunas pueden sentir una necesidad imperiosa de limpiar la casa pero otras prefieren ordenarla o incluso redecorarla. No obstante, el factor común es que se suelen sentir mal cuando no lo hacen, es como si experimentaran un sentimiento de culpa y les asalta una ansiedad difusa y generalizada.
En algunas mujeres este síndrome no se expresa limpiando u ordenando el hogar sino organizando una y otra vez la bolsa que llevarán al hospital o las cosas del bebé. Otras se animan a emprender actividades que jamás le habían llamado la atención, como aprender a tejer. Como podrás suponer, las mujeres que son más activas e inquietas tienen mayores probabilidades de sufrir el síndrome del nido mientras que las que siempre han tenido un carácter más tranquilo y parsimonioso no suelen verse afectadas.
¿Tiene consecuencias?
Debemos partir del hecho de que el síndrome del nido no es una patología, sino de un comportamiento normal provocado por el aumento de los niveles de oxitocina, que se produce aproximadamente a partir de la semana 37 del embarazo. Esta hormona no solo prepara el cuerpo de la mujer para el momento del parto, sino que también estimula las conductas maternales. Este síndrome es simplemente la activación de un instinto natural que nos impulsa a proteger y cuidar al bebé que viene en camino.
En realidad, a menos que hagas un esfuerzo muy grande o emprendas actividades arriesgadas, el síndrome del nido es inofensivo. De hecho, incluso hay otras teorías que afirman que la fuerza y la energía que despliegan las mujeres durante esta etapa le sirven como preparación para el trabajo de parto.
5 cosas que no debes hacer
- Aunque el síndrome del nido no es dañino, a algunas madres se les puede ir la mano. Por tanto, es importante que evites:
- Cargar o mover objetos demasiado pesados.
- Realizar tareas demasiado agotadoras, sobre todo a final del embarazo.
- Subir unas escaleras porque a menudo las mujeres embarazadas sufren una afectación en su sentido del equilibrio.
- Echar mano a productos de limpieza demasiado fuertes que puedan afectar al bebé.
- Obsesionarte con alguna actividad hasta el punto de que no logres conciliar el sueño en la noche. Recuerda que el embarazo le está exigiendo mucho a tu cuerpo y necesitas descansar.
Imagen:www.corbisimages.com
Tomado de:www.parabebes.com
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