Durante el embarazo y la lactancia, las necesidades de calcio se incrementan en un 30%. La vitamina D garantiza que los huesos absorban el calcio necesario.
Los cambios fisiológicos que se producen en la mujer durante la gestación y la lactancia requieren de un aporte mayor de calcio. De hecho, las necesidades de calcio aumentan en un 30% sobre la cantidad normal diaria para un adulto, fijada en 1 g.
En el caso de la vitamina D, el aumento de su ingesta también es fundamental, ya que es un nutriente imprescindible para que el calcio pueda fijarse en los huesos. Si hablamos de cantidades, la variabilidad no es tanta como en el caso del calcio, pero su aporte no debe bajar de los valores adecuados para cada edad, 10μg (400UI) diarios.
Éstas han sido las conclusiones expuestas por el Dr. Javier Haya Palazuelos, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital General Universitario de Ciudad Real, en el “Taller Calcio y vitamina D en situaciones especiales”, celebrado en Santa Cruz de Tenerife.
En este mismo taller, los especialistas han señalado que, a pesar de las recomendaciones de los expertos, ni las embarazadas ni las lactantes cumplen con las ingestas de calcio recomendadas.De hecho, según los últimos estudios, un 21,4% de las embarazadas y un 64% de las mujeres que están dando el pecho realizan ingestas de calcio inferiores a las recomendadas.
El déficit es mayor si hablamos de vitamina D. El 78,6% de las mujeres embarazadas no toman las cantidades adecuadas de este nutriente. Mientras que el porcentaje de lactantes que presentan una carencia en la ingesta de vitamina D se mantiene en el 64%.
Calcio y Vitamina D: alimentos que los contienen
Para llegar a las ingestas recomendadas de ambos nutrientes, los expertos recomiendan el consumo de lácteos, por su alto contenido en calcio y vitamina D y por su fácil absorción.
“El yogur es una de las fuentes de calcio más importantes de la dieta. El consumo de tres o cuatro productos lácteos al día ayuda a mantener una buena densidad ósea. Su efecto es todavía mayor si está enriquecido con calcio y vitamina D”, afirma Julie Andreu, experta del Programa NUSA (Nutrición y Salud).
Además del yogur, la leche, el queso, el pescado y los moluscos, las verduras y el helado son otros alimentos ricos en calcio. En cuanto a las fuentes de vitamina D, destacan los pescados grasos (atún, caballa, salmón, etc.), los alimentos enriquecidos con vitamina D, como algunos productos lácteos, el zumo de naranja, la leche de soja y los cereales. También son ricos en esta vitamina la carne de hígado, el queso y las yemas de huevo. Además, el sol es la principal fuente de vitamina D, así que, lo recomendable es combinar una alimentación rica en este nutriente con una adecuada exposición solar.
Tomado de: http://www.mibebeyyo.com/
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