Seguir una dieta sana y equilibrada ayuda a que los niños crezcan saludables, pero es trabajo de los padres el tomar las medidas necesarias para conseguir que los pequeños de la casa adquieran unos buenos hábitos alimenticios.
Es cierto que esto es fácil de decir pero que a la hora de la verdad, cuando todos estamos cansados y nos encontramos con discusiones en la mesa, acabamos optando por la vía fácil de darles lo que sabemos que les gusta aunque no sea tan saludable.
Con este artículo intentaremos daros algunos truquillos que pensamos que os ayudarán a seguir una dieta saludable en casa.
Comer en familia
Se trata de una costumbre muy interesante porque permite a todos los miembros de la familia ponerse al día y establecer lazos más intensos. Se ha demostrado que los niños que participan en comidas familiares regularmente es más probable que coman frutas, vegetales y cereales que los que no lo hacen. Además, este momento se convertirá en una oportunidad de incorporar nuevos alimentos a la dieta de nuestros hijos.
A medida que nuestros hijos crecen y quieren ganar en independencia, es fácil que sea más difícil compartir estos momentos. Sin embargo, si es una costumbre que llevamos haciendo desde siempre y se hace un esfuerzo para compatibilizar horarios, será más fácil mantenerlo.
Para hacerlo más atractivo, se puede buscar un día a la semana en el que se vaya a buscar comida fuera de casa, o también tiene mucho éxito involucrar a nuestros hijos en la preparación de la comida y elección de los alimentos.
Comprar alimentos saludables
Los niños comen todo lo que encuentran en casa, por lo tanto, es importante que compremos aquellos alimentos más saludables para ellos y evitemos dejar a mano aquellos productos menos saludables. Así, a la hora de escoger qué comer, se encontrarán con productos saludables.
Por ello siempre se recomienda:
- Dejar a mano frutas, verduras, yogures, galletas integrales y limitar al máximo la bollería industrial, galletas de chocolate...
- Comprar el pan, la pasta y el arroz integrales.
- Limitar al máximo todas las comidas fritas y cocinar más al horno, a la plancha o al vapor.
- Limitar las bebidas gaseosas, dulces y con sabores a frutas.
Darle un buen ejemplo
Como ya hemos comentado, los niños quieren imitar lo que hacen los mayores, por lo que una buena forma de estimularles a comer de manera saludable es que nos vean a nosotros seguir una dieta sana, rica en frutas y verduras, y dando un buen ejemplo con el tamaño de las porciones. Será muy positivo que remarquemos lo bueno que está un plato pero que se deja de comer porque ya se está satisfecho. Esto evitará que los niños adquieran la costumbre de comer mucha cantidad de aquello que les gusta.
Evitar las peleas por la comida
Una estrategia muy común en los padres es el utilizar el soborno o negociación para conseguir que los niños coman los alimentos más saludables, pero esta no es la mejor manera de transmitir buenos hábitos. Una estrategia más positiva sería la de hacer partícipes a los niños a la hora de elegir los alimentos que se compran para la casa.
Además, son ellos quienes tienen que decidir si tienen hambre, cuáles son los alimentos que desean comer de los que están servidos y en qué momento se sienten satisfechos. No deberíamos obligarles a comer toda la comida del plato porque podría generar un efecto negativo.
Acordar unos horarios para cada comida y no utilizar los alimentos como recompensa o soborno serían otras estrategias muy positivas para educar a nuestros hijos. Deben aprender que su postre favorito no es la recompensa por comerse el alimento que no les gusta.
Involucrar a los niños
A los peques les gusta participar en la elección del menú, los alimentos que se utilizarán... Por ello una buena manera de involucrarles sería pidiéndoles opinión sobre qué les gustaría comer y planificar juntos los menús de la semana para hacer comidas equilibradas.
En definitiva, estos pequeños trucos no dejan de ser consejos para ir preparando a nuestros hijos para tomar buenas decisiones a la hora de escoger los alimentos para una comida. Se trata de un proceso de aprendizaje largo,- no lo podemos negar, en un primer momento son más apetitosas unas patatas fritas que unas espinacas hervidas, como acompañamiento- pero poco a poco tanto les encaminaremos a tomar decisiones saludables para el resto de su vida.
Imagen:www.corbisimages.com
Tomado de:www.parabebes.com
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