Cuando la maternidad llega sin avisar


El momento de la duda, justo antes de confirmar que esperas un bebé, puede convertirse en una graciosa charla con una misma donde entrevistador y entrevistado se debaten frente a una diminuta varita plástica- ¿Estaré embarazada? ¡No puede ser! Yo me cuidé... debe ser hormonal... un retraso en el período de una mujer regular es normal. ¿Estaré embarazada? No. 
Pero pasan dos días, y el cuerpo sigue sin rendir cuentas.
- ¿Estaré embarazada? No, no y no. Me resisto a creer que esto pueda estar pasándome justo a mí.
Esta charla interna sucede en cada mujer que no ha planeado quedar embarazada, que no ha pensado ni siquiera en ello, pero a la que -sin embargo- puede sucederle en cualquier momento.
Y es en ese preciso momento cuando salimos corriendo a la farmacia más cercana con la esperanza de que un test de embarazo nos diga que no es así, y que en algunos días más nuestro cuerpo volverá a funcionar como siempre.
Llegamos a casa, no importa qué diga el test en sus instrucciones: ¿quién puede esperar tres o cuatro horas reteniendo las ganas de ir derecho a hacer pis en el recipiente? Sin embargo el sentido común nos dice que si no lo hacemos el test podría salir mal y nos sentamos a esperar con el reloj y una botella de agua a que se cumplan los requisitos del prospecto.
La hora no pasa; es como si del otro lado del reloj, alguien detuviera su marcha para hacernos la espera inagotable...
Finalmente, la alarma del celular nos dice que es hora de enfrentarnos a las temidas rayitas que pueden cambiarnos la vida luego de cinco minutos de espera.
Nos encerramos en el baño, leemos una vez más las indicaciones y ponemos manos a la obra -por decirlo de una manera "apta para todo público"- y esperamos pacientemente la aparición de los resultados.
La primer rayita aparece de inmediato mientras repasamos lo leído una y otra vez y en algunos casos rezamos para que la segunda ni se asome... pero al levantar la vista... está ahí, firme y cada vez más colorida.
La vida nos ha sido modificada para siempre y todo por una rayita purpura debajo de otra que nos anuncia oficialmente que estamos esperando un bebé.

Imagen http://www.corbisimages.com/


Tomado de: http://www.mibebeyyo.com/


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MAMI, Mamás Más Involucradas, es una herramienta que permite informar y educar a la madre gestante, en compañía de su núcleo familiar, acerca de los cuidados necesarios que se deben tener durante los nueve meses de embarazo y el primer año de vida del bebé a través de mensajes de texto. Educación + Empoderamiento + Embarazo Compartido para madres de estratos 0 1 2 3 y zona rural dispersa de nuestro país que tienen dificultades para acceder al sistema de salud por distancia o recursos.